Una práctica Pre-profesional en Lima

(20.05.2011)

En nuestros estudios de medicina se incluye tras el examen preliminar médico una práctica llamada en alemán "Famulatur". Felizmente es también posible para nosotros hacer estas prácticas en el extranjero.

Nos alegramos porque con el apoyo de Peru-Hilfe tuvimos la oportunidad de  aprender de medicina y de personas en un país que no conocíamos.

En agosto del año 2000 llegamos a Lima, la nublada capital , siendo recibidos muy cariñosamente por Melva Delgado.

En los días siguientes epmpezó nuestra práctica en el Hospital del Niño, un hospital público ubicado en el distrito de Breña. Apenas empezamos nos sorprendimos por el gran número de madres que se apiñaban con sus niños en el hospital

En buena cuenta, este fue el principio de nuestra estadía, impregnada de las diferencias culturales con nuestro país.Comprobamos cuántas pequeñas diferencias hay en el  trabajo clínico diario, las mismas que serían más tarde una parte positiva del bagaje de alternativas que aprendimos durante el proceso de nuestra formación como médicos.

Los motivados médicos deben enfrentar allí la falta de medios con ingenio y gran experiencia clínica .

Así, corresponde al día a día clínico que las vendas y guantes quirúrgicos desechables deban ser lavados para volverse a usar, que la falta de aparatos de diagnóstico modernos como los de ultrasonido, Tomografía por resonancia magnética (MRT) y tomografía axial computarizada  deba ser compensada por la experiencia de muy buenos médicos.

Bajo la guía del Sr. Dr. Ramírez nos fue posible tener aquí una visión de los diferentes campos de la medicina.

Observamos enfermedades como la malaria, la tuberculosis e infecciones parasitarias que nosotros sólo conocíamos a través de los libros. La mayor parte del tiempo permanecimos en la estación de caumatología1*.Donde eran tratados niños de asentamientos pobres de Lima o los traídos por quemaduras graves desde lejanos pueblos andinos. Uno de los tratamientos más exitosos observados por nosotros fue el de transplantes de piel, que se hacen aquí muy bien.

En la estación de quemados nos hemos topado con situaciones terribles e innecesarias. La administración de analgésicos para los niños quemados era insuficiente. Nunca hemos visto en otro lugar tanto dolor innecesario si se contara con la posibilidad de utilizar los medios debidos. Niños cuya superficie corporal estaba quemada hasta en un 40% debían ser tratados con medicaciones débiles, aún cuando para esta situación hubiera estado absolutamente indicada la administración de opiáceos como por ejemplo la morfina. 

Estos problemas se deben a la falta de posibilidades de los médicos para prescribir en el hospital este tipo de medicamentos.

Para esto no hay problemas de financiamiento, sino otros originados por la rigurosidad de la legislación dentro del moderno esquema terapéutico  para la prescripción de medicamentos y su falta de claridad sobre el insignificante peligro de adicción.

Los niños sufren entonces de forma completamente innecesaria el dolor de sus quemaduras. Según la información con la que cuenta el médico en jefe, basada en muchas anamnesis, se indica que el manejo inadecuado de velas es la causa de gran parte de las quemaduras. Se puede reducir la cantidad de estos accidentes por medio de la entrega de información adecuada a los padres de familia.

Sencillamente el colocar las velas sobre un candelabro evitaría la mayoría de los accidentes originados en las chozas de estera.*2

Hemos conocido junto a personas muy amistosas en un país maravilloso claros problemas en el área médica.que necesitan de instrucción y de ayuda para ser corregidos.

Gudrun y  Wolfgang Schneider